martes, 8 de noviembre de 2011

¿Son más importantes los clubes que La Roja?

Spain team (Getty Images)


Lo que no hacen Pep Guardiola o José Mourinho, se encargan los respectivos entornos. Cuentan, miden, analizan hasta el tiempo y cantidad de toques que los jugadores internacionales han disputado.


Si Xavi juega media hora menos que Sergio Ramos, desde Madrid lanzan llamaradas de interjecciones por lo bajo y de argumentaciones ligeras en voz alta. Si por el contrario, David Villa disputa cuatro segundos más que Arbeloa, el mundo blaugrana pone el grito en el cielo.


Los únicos que no dicen nada son los que, no por amor a la patria sino por interés, ven cómo la convocatoria aumenta la cotización de alguno de sus jugadores. Pero cuidado, incluso se llegó lanzar que si Montoya, en su día reconocido por Del Bosque en una convocatoria, estaba en plenas conversaciones de renovación, su llamada era tomar parte por los intereses del lateral y no por los del club.


Vamos, que no hay mucho de que hablar cuando España juega, gana, gusta y golea. Nos encanta verle la quinta pata al gato y el oro de la Copa del Mundo, lejos de encantarnos con su brillo, nos parece encandilar en intereses nimios y mezquinos.


Quizás algún día, cuando esta generación dorada se retire, cuando Pep Guardiola deje el Barcelona y con él la cantera a borbotones o cuando Íker deje de parar como un Santo y se vuelva mortal con la edad, nos demos cuenta, ese mismo momento o acumulando frustraciones, lo estrecho de miras que fuimos.


La selección es un orgullo, no por la nación sino porque van los mejores, los que hacen que el fútbol español sea lo que es, a pesar de los horarios y las pobres defensas de valores dudosos. Por tanto, que juegue La Roja y gracias.

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