
La polémica para encontrar a los delanteros encargados de reverdecer los laureles en la próxima Eurocopa de Polonia y Ucrania supone un debate decisivo para conseguir estar a la altura de la gran cita continental y lograr otro hito histórico dentro de la historia del fútbol.
La controversia, que es sana y muestra la salud de la selección española, se ha establecido en la delantera, puesto históricamente discutido que siempre ha contado con la ausencia de una referencia pura, un killer encargado de poner salsa al juego de fantasía que se trenza desde el centro del campo.
En los últimos tiempos Villa se ha convertido en el complemento perfecto para la posición más adelantada, haciendo una sociedad que poco a poco se fue diluyendo junto a Fernando Torres cuando el futbolista del Chelsea comenzó a atravesar un bache de rendimiento que todavía está intentando superar.
También apareció la variante de Fernando Llorente, un jugador con aires de otra época pero calidad suficiente para no desentonar en la Roja, o la de Negredo, capaz de responder con goles a cada oportunidad, e incluso en los últimos tiempos David Silva ha ejercido a la perfección el rol de falso nueve.
Y mientras, en la sombra, aparece un gran ausente que hasta ahora no ha tenido la oportunidad de la que han disfrutado los anteriormente citados. Se llama Roberto Soldado y sin hacer demasiado ruido, se ha convertido en el máximo goleador nacional en el primer tramo de temporada.
Soldado, que tuvo la alternativa gracias a Luis Aragonés y siempre ha sabido cumplir en equipos de media tabla dando su paso definitivo para convertirse en la referencia en una plaza tan complicada como Mestalla, espera callado la oportunidad que por ahora no llega.
Sin embargo, y pese a que este valenciano de 26 años nunca ha manifestado abiertamente su descontento, Soldado es consciente de que sus posibilidades de llegar a la Roja disminuyen a contrarreloj tal y como se acerca la cita de la Eurocopa.
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