El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde. Así se puede resumir la película del Real Madrid en Los Ángeles, donde se impuso a Los Galaxy gracias a una espectacular segunda parte. El equipo de Mou caía con estrépito ante los chicos de Beckham en el primer tiempo. El once por el que apostó el luso no carburó, todo lo contrario del que salió en la segunda parte. El Madrid remontó el 2-0 dando un auténtico recital de juego y goles. Tuvo que salir Ronaldo con el cuchillo entre los dientes, escoltado por Higuaín, Canales y Pedro León, para darle la vuelta a la tortilla. Fueron tres, dos de El Pipita y otro de Pedro León, pero los locales podían haberse llevado seis si los delanteros blancos hubieran estado un poco más acertados.
No debió acabar especialmente contento Mourinho del primer tiempo de sus muchachos. Nada tuvo que ver esta primera parte con la del primer encuentro ante el América de México. El problema es que la línea de tres, la que formaban Granero, Van der Vaart y Di Maria hicieron más la guerra por su cuenta. Apenas conectaron entre ellos ni tampoco con Benzema. El más activo de todos fue el argentino, que al menos lo intentó en acciones individuales. El fichaje más caro del Madrid tiene algo importante, es muy vertical, y sus apariciones siempre dieron sensación de peligro. De hecho, las dos únicas ocasiones del Madrid salieron de sus botas, un disparo cruzado que Ricketts envió fuera y un disparo desde fuera del área que pasó rozando el poste tras desviar también el portero.
El Madrid no tuvo la fluidez que esperaba su entrenador, que siempre estuvo de pie en busca de soluciones. Tampoco Lass y Diarra pudieron oxigenar algo más el juego. Recibían la pelota pero no daban con la tecla ni tampoco elaboraban con la línea de tres.
El Madrid no sufría al menos excesivos agobios, pero como ocurrió en el primer amistoso los blancos se complicaron la vida en cinco minutos. Primero en una jugada más defendida a balón parado que propició el tanto de Dunivant. El norteamericano resolvió un barullo dentro del área después de que el cabezazo se estrellara en el poste. Cuatro minutos después llegó la llave de kárate de Drenthe a Juninho. Aquello era el penalti más claro jamás visto. El holandés no vio al contrario, voló para despejar y su pie impactó en el cuello del brasileño. Donovan transformó el penalti.
En la segunda parte, Mou sacó el otro once, el que se antoja mucho más parecido al que será titular a lo largo de la temporada. Y lo cierto es que el equipo experimentó un cambio radical. Ronaldo salió con el cuchillo entre los dientes y desde el primer minuto se fue a por Los Galaxy, escoltado por Higuaín y Canales. Aquello se convirtió en poco tiempo en un asedio. La pelota empezó a rodar rápido, a un toque, y los americanos se perdieron en su galaxia corriendo detrás del balón. Higuaín hizo el primero tras un pase de Ronaldo, también el segundo, tras un recorte magistral dentro del área, y Pedro León se apuntó el tercero. El murciano aprovechó el rechace del portero a tiro de Higuaín, después de recibir éste un taconazo de Canales también para enmarcar. Lo del cántabro es asunto aparte, sobre todo por la cara que le echa en cada acción con 19 añitos. A Mou le tiene todavía hipnotizado.
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