Con ganas de disfrutar de unos días de asueto con los suyos en Qatar, Pep Guardiola sigue meditando en todo lo conseguido con su equipo en los últimos 16 meses. Desde que cogió las riendas del equipo, los éxitos se acumularon uno tras otro; basados en un discurso constructivo, elegante y didáctico y una expresión futbolística plástica y preciosista, el Barça cerrará el 2009 con los seis títulos disputados en las vitrinas del Museu y con la duda de qué sucederá con su entrenador.
Desde que lograran conquistar la Supercopa de Europa, Guardiola se cuestionó qué hacer de vencer el Mundial de Clubes. "Tito, ¿y ahora qué hacemos?", le preguntó el preparador a su ayudante. Porque Pep no entendería su éxito sin su aliado cerca, aunque a diferencia del técnico, Vilanova sí que amplió su contrato, al igual que el resto de sus colaboradores.
Las elecciones serían clave
En los próximos meses, los socios culés deberán acudir a las urnas. Todo hace indicar que Pep sólo seguiría en el Barça si Sandro Rosell fuera elegido, aunque Joan Laporta, sabedor de que su relación con el entrenador nunca fue muy buena, tratará de seducirlo para la candidatura continuista.
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