Mateja Kezman estuvo a punto de fichar por el Barcelona, o mejor dicho, firmó un precontrato que no llegó a hacerse realidad. Fue en el verano del 2003, cuando Laporta ganó las elecciones y tanteó el fichaje de Guus Hiddink.
El técnico holandés puso como una de las condiciones que le trajeran a Kezman, ya que creía que el equipo necesitaba un delantero y el serbio era de su agrado. El Barcelona contactó con el delantero y Kezman llegó a un acuerdo para pasar a ser azulgrana ese mismo verano. No obstante, el acuerdo iba ligado a que Hiddink fuera el entrenador.
El Barcelona y el entrenador no llegaron a un acuerdo económico y el precontrato de Kezman también se rompió por efecto dominó. Al final, Laporta fichó a Rijkaard y el futbolista, que estaba en el PSV, acabó un año más tarde en el Chelsea. Hoy es el jugador más conocido del conjunto bielorruso que esta noche tratará de poner las cosas difíciles al Barça. Kezman confirmó ayer este acuerdo en Ona fm: “Íbamos los dos en el mismo paquete”.
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