Cesc Fàbregas se ha visto obligado a tomar la decisión más difícil de toda su vida. Después de meses de especulaciones, marcados por una última semana de máxima tensión, el jugador de Arenys no aguantó más y acabó cediendo ante la presión que su club, y especialmente su entrenador, estaban ejerciendo sobre él. Cesc no vendrá al Barça esta temporada. Pero el futuro del catalán es más blaugrana que nunca.
El jueves, antes de realizar la foto oficial del Arsenal para esta temporada, Fàbregas tuvo un enésimo encuentro con Arséne Wenger, en esta ocasión a petición del francés. Fue precisamente durante esa reunión cuando el manager de los ‘gunners’ convenció al joven centrocampista, de 23 años, de quedarse una temporada más en el Arsenal. Wenger utilizó todos los recursos y su capacidad persuasoria para cambiar la posición del catalán. Le aseguró que este año el equipo londinense aspirará a ganar títulos, pero sólo podrán hacerlo con la presencia del alma del equipo, es decir, el propio Cesc Fàbregas. El técnico le dijo que era una pieza básica y le pidió que se quedara una temporada más en Londres.
Finalmente, a Cesc no le quedó otra salida posible que aceptar. Al fin y al cabo, las negociaciones entre Barça y Arsenal parecían estancadas y el jugador no se podía significar por la causa más de lo que ya lo había hecho. El catalán aceptó, pero impuso sus condiciones: conseguir el compromiso por parte de Arsène Wenger de dejarle fichar por el FC Barcelona la próxima temporada sin ningún impedimento.
Por su parte, el club azulgrana también es partícipe del pacto. De modo que la próxima temporada, el Barça podrá hacerse con los servicios del jugador a un precio razonable, puesto que el Arsenal facilitará en la medida de lo posible la salida de su todavía capitán.
Con este acuerdo y el Barça en el horizonte, Cesc se comprometió con su técnico a dejar apartado su futuro azulgrana y centrarse al cien por cien en su actual equipo, como él mismo aseguró en el comunicado oficial que emitió a todos los medios de comunicación. Al catalán, como buen profesional, no le costará cambiar el chip y centrarse única y exclusivamente en su presente, sobre todo después del recibimiento que le brindó la afición ‘gunner’ el pasado jueves, en la presentación del equipo, cuando los 10.000 aficionados que acudieron al estadio le brindaron una calurosa y sonora ovación, que no pasó por alto a Fàbregas.
UNA HISTORIA RECURRENTE
Con el comunicado de ayer, se pone punto y final a un nuevo caso de fichajes frustrados, que se han convertido en un clásico de los mercados de verano. Sin ir más lejos, hace dos temporadas, en 2008, Cristiano Ronaldo, Real Madrid y Manchester United protagonizaron un ‘culebrón’ con tintes similares, a excepción que el portugués nunca había estado vinculado sentimentalmente al club blanco con anterioridad.
En aquella ocasión, el delantero portugués también mostró públicamente sus deseos de fichar por el Madrid, en aquel momento presidido por Ramón Calderón. Sin embargo, Sir Alex Ferguson no dio su brazo a torcer y el jugador se acabó viendo obligado a cumplir un año más de contrato, bajo la condición previa de dejarle ir a final de temporada.
Pero no hace falta fijarse en la Casa Blanca para encontrar otros casos que recuerdan al vivido por Cesc Fàbregas este verano. Sin ir más lejos, el año pasado el FC Barcelona no pudo cristalizar el fichaje del asturiano David Villa, a pesar del acuerdo entre el club azulgrana y el jugador. El año pasado fue la negativa del presidente del Consejo del Valencia, Manuel Llorente, quien se cerró en banda ante el traspaso.
El club ‘che’, en un momento complicado a nivel económico, necesitaba mantener a su baluarte y buque insignia, por lo que se comprometió con la afición a no dejar ir al ‘Guaje’ y acabó cumpliendo su palabra para decepción del delantero asturiano y el FC Barcelona, que acabó centrando su punto de mira en Zlatan Ibrahimovic. Villa permaneció en el Valencia, pero también lo hizo bajo la condición de tener vía libre para fichar por el Barça a la temporada siguiente, como ha acabado sucediendo, sin que el Valencia se interpusiera.
En esta ocasión, Cesc Fàbregas ha cedido ante la presión de su actual club y Arsène Wenger, pero sabe que a cambio le espera un futuro mejor, en el equipo de sus sueños y su corazón.
sábado, 7 de agosto de 2010
Pacto secreto para el 2011
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