Este Racing tiene poco que ver con el de aquella noche de septiembre. Ahora defiende más arriba, cree en lo que entrena y lo ejecuta con valentía. El Sevilla sufrió la metamorfosis. Pero ante el Barça no basta con eso. Hace falta que sus pilares no tengan el día. Uno de ellos, Puyol, no jugará. Sin embargo, el resto llega en plena ebullición. El talento de Messi, la resurrección de Henry y el hambre de Etoo inquietan en Santander pero la obsesión se llama Xavi. Si él piensa, el rival muere. Si está incómodo, sus compañeros dudan.
Durante la semana hubo alusiones al 5-0 de 1995 que hundió al Dream Team de Pep. Y además, recuerdan que el actual técnico culé sólo venció una vez en este estadio cuando calzaba botas. Más que optimismo, hay ambición porque, como dice Muñiz, "algún día el Barça perderá". La duda es saber cuándo. El Racing y, cómo no el Madrid, esperan que en Santander llegue su hora.
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